Después de un seco verano
sin lluvias, las mantas de sedum se enfrentan, un año más, al reto de superar
el invierno. La adaptación térmica de la que gozan las especies de sedum les
permitirán superar sin duda la estación más fría para llegar a la primavera
mostrándonos todos los colores del verde y dejar paso después al espectacular
mosaico floral de verano.
Esta singularidad de las cubiertas vegetales, su capacidad para marcar cromáticamente las estaciones a lo largo del año, es una de las características más valoradas y apreciadas por arquitectos y paisajistas, para romper la monotonia de las extensiones de césped tan habituales en nuestras ciudades hasta hoy.
Cubierta de sedum en invierno
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